Las 10 mejores atracciones de Alberta

Muchas de las principales atracciones de Alberta son un testimonio del poder de la naturaleza, desde los antiguos glaciares que aún se pueden encontrar en la cima de las Montañas Rocosas hasta los cañones, cascadas y lagos formados por sus predecesores. Pero para los que preferimos una experiencia más urbana, no faltan atracciones impresionantes en las dos principales ciudades de la provincia.

El lago Louise y el lago Moraine
El Parque Nacional de Banff alberga dos de los lagos más bellos del mundo. En primer lugar, el lago Moraine es un lago alimentado por glaciares situado en el Valle de los Diez Picos. Alquile una canoa y reme por el lago azul brillante, que adquiere su asombroso color del limo aportado por el agua del glaciar. Si hace buen tiempo, lleve la cámara y disfrute de una caminata por la orilla del lago, contemplando los increíbles picos que rodean Moraine. El más famoso de los dos lagos es probablemente el pintoresco lago Louise, de color azul turquesa y situado frente a una cadena de montañas y el glaciar Victoria, lo que lo convierte en una auténtica postal. Se puede remar en sus aguas, caminar por el sendero que bordea sus orillas o simplemente hacer lo que decenas de miles de personas han hecho antes que tú: ¡disfrutarlo en Instagram! Aunque está muy cerca de la ciudad de Calgary y es una estupenda excursión de un día, mucha gente opta por alojarse cerca, en el impresionante Fairmont Chateau Lake Louise.

Lago Minnewanka
El lago más grande del Parque Nacional de Banff, el lago Minnewanka, tiene 28 kilómetros de largo y tendrá que hacer un crucero en barco de una hora para verlo desde todos los ángulos. Por supuesto, también hay una serie de senderos alrededor del lago glaciar que ofrecen sus propias hermosas vistas de las serenas aguas azul-verdosas. Más allá de su belleza natural, Minnewanka es también rico en historia, ya que fue bautizado como el “Lago de los Espíritus” por las Primeras Naciones, que cazaban y vivían en sus orillas hace ya 10.000 años. Los alces, ciervos mulos, cabras montesas y osos de los que dependían para su sustento aún pueden encontrarse hoy en los alrededores del lago.

Cataratas Athabasca
Hace miles de años, un glaciar atravesó lentamente las rocas y formó el cañón que hoy alberga las cataratas Athabasca. Ese mismo glaciar proporciona ahora el agua que cae 23 metros por esta cascada del Parque Nacional de Jasper. Puede que no parezca tan alta, pero lo que le falta de altura lo compensa con pura potencia. Dé un paseo por los senderos señalizados de la zona hasta llegar a miradores seguros donde podrá asomarse al cañón, sentir el chorro de agua en la cara y ver en acción la verdadera fuerza de esta maravilla natural.

Cañón Maligne
En verano, el cañón Maligne, de 50 metros de profundidad y situado en el Parque Nacional de Jasper, es un espectáculo para la vista. Alberga fósiles, cascadas, animales y frondosa vegetación. Haga una excursión autoguiada y cruce el desfiladero por cuatro puentes diferentes, cada uno con una vista única. Pero quizá prefiera esperar al invierno, ya que esta atracción se convierte en otro mundo cuando las temperaturas descienden por debajo del punto de congelación. Cálcese unos robustos zapatos con clavos para explorar el cañón helado y compruebe si puede evitar que se le caiga la mandíbula al suelo.

Icefields Parkway y aventura en el glaciar Columbia Icefield
Érase una vez, las enormes montañas de las Rocosas canadienses estaban cubiertas de hielo. Parte de ese hielo aún se puede encontrar en esas montañas, y un viaje por la Icefields Parkway le lleva justo hasta su puerta de entrada. Más de 100 glaciares se asientan a lo largo de este pintoresco tramo de carretera entre Jasper y Lake Louise, cada uno más impresionante que el anterior. ¿La estrella del espectáculo? El Campo de Hielo Columbia, el mayor de las Rocosas. Para contemplarlo en todo su esplendor, haga una excursión Glacier Adventure. Subirá a bordo de un Ice Explorer, un enorme vehículo diseñado específicamente para recorrer el terreno helado, y se adentrará en el glaciar Athabasca. Adéntrese en el glaciar y contemple destellos de hielo azul centelleante de más de 20.000 años de antigüedad. A continuación, diríjase al Glacier Skywalk, una pasarela al borde de un acantilado en la que sólo hay cristales entre usted y el suelo, casi 300 metros más abajo.

Museo Royal Tyrrell
Hace unos 75 millones de años, la ciudad de Drumheller (Alberta), a una hora y media al noreste de Calgary, era un hervidero de dinosaurios. Esto acabó convirtiendo a Drumheller en un tesoro de fósiles de dinosaurios y propició la creación del Museo Real Tyrrell de Paleontología. El museo se encuentra en las Canadian Badlands, donde recopila, conserva y presenta la historia paleontológica (también conocida como historia de los dinosaurios) de la región. Con una de las mayores exposiciones de esqueletos de dinosaurios del mundo y más de 160.000 especímenes, el Museo Royal Tyrrell es una visita obligada tanto para los amantes de la ciencia como para los fans de Parque Jurásico.

Centro Nacional de Música
El Centro Nacional de Música de Calgary, con sede en Studio Bell, es una organización nacional dedicada a todo lo relacionado con la música. Esto incluye, por supuesto, actuaciones musicales, que se celebran en un espacio con capacidad para 300 personas, pero también incluye estudios de última generación para grabar música, la oportunidad de estudiar música y tecnología musical, y una exploración de la educación musical y la historia, todo ello con la ayuda de más de 2.000 artefactos repartidos en 22.000 metros cuadrados de exposiciones que ayudan a contar las historias de la música en Canadá. En otras palabras, si le gusta la música, el Centro Nacional de la Música es el lugar ideal para abrazar su pasión y encontrar personas afines con las que compartirla.

WinSport
Alguna vez has visto los Juegos Olímpicos y has pensado: “¡Quiero probar eso!”. WinSport de Calgary es tu oportunidad de hacer realidad ese sueño. WinSport gestiona el Canada Olympic Park, uno de los principales escenarios de los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. El recinto es ahora un centro de entrenamiento de categoría mundial y un parque de aventuras, donde podrá deslizarse por la tirolina más rápida y larga de Norteamérica desde lo alto de un trampolín, o sentarse en la parte trasera de un trineo y recorrer el trayecto que hizo famoso al equipo jamaicano de trineo. Luge, bicicleta de montaña y un rocódromo completan esta atracción repleta de adrenalina.

Valle fluvial de Edmonton
El Valle del Río de Edmonton es la mayor extensión de parque urbano de Norteamérica. Sus 18.285 hectáreas son 22 veces el tamaño del Central Park de Nueva York. Venga y explore: el Valle contiene 22 parques principales, cada uno de los cuales alberga todas las actividades al aire libre y espacios verdes que pueda desear. Recorra 160 kilómetros de senderos en bicicleta, a pie, haciendo footing, con raquetas de nieve o esquiando. Si quieres ver las cosas desde otra perspectiva, date una vuelta en Segway o navega por el río North Saskatchewan en canoa, kayak o tabla de surf de remo. ¿O prefiere relajarse en una manta y disfrutar de un picnic en el parque? Las barbacoas públicas están para aprovecharlas. Si le gusta escapar de la ciudad para pasar un día rodeado de naturaleza, el valle del río Edmonton le está llamando.

Centro comercial West Edmonton
¿Cuántos centros comerciales pueden presumir de tener el mayor parque de atracciones cubierto del mundo, el mayor lago cubierto, la mayor piscina de olas cubierta, una pista de patinaje y un zoo? Ah, ¿y más de 800 tiendas y 100 restaurantes? Sólo hay uno. El West Edmonton Mall (con más de 5,3 millones de metros cuadrados) es el mayor centro comercial de Norteamérica y tiene el tamaño de una ciudad pequeña. Tanto si le apetece aprender a patinar sobre hielo como jugar al minigolf, subirse a una montaña rusa o simplemente pasar el día de compras, en este enorme centro comercial nunca le faltarán cosas que ver y hacer. De hecho, podría pasarse un fin de semana entero en el West Edmonton Mall, y sólo arañar la superficie de lo que hay por descubrir.